Las votaciones de hoy ponen a prueba el avance del partido del mandatario López Obrador de cara a las presidenciales del próximo año.
Naucalpan.- Con tranquilidad y sin grandes sobresaltos, los electores de dos estados de México —que han sido gobernados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) por casi un siglo— acudieron a las urnas hoy en unas elecciones que ponen a prueba el avance del partido del mandatario Andrés Manuel López Obrador de cara a las presidenciales del próximo año.
Los comicios de mayor transcendencia nacional son los del Estado de México, la región más poblada del país con 12 millones de electores, que combina suburbios, localidades populares y comunidades agrícolas con los principales males de la nación, la desigualdades, la violencia y la corrupción, y donde predominaba el hastío.
“Vote por quien vote es lo mismo”, señaló José Luis Mendoza, un albañil de 64 años de Naucalpan. “Antes estaba uno siempre con el PRI, que es el que le asesoraba, le apoyaba a uno”, explicó.
Luego Mendoza dice que optó por otros partidos pero sigue sin estar satisfecho. “Yo ya no le tengo fe a nadie”, agregó.
Delfina Gómez, la maestra de escuela candidata de Morena —la agrupación política de López Obrador— se presentó durante la campaña como la imagen del giro que tuvo lugar en 2018 a nivel nacional y de la política de “transformación” y “bienestar” que promueve el gobierno federal.
Alejandra del Moral, una ex alcaldesa con una larga lista de títulos universitarios representa al PRI que va en coalición con el conservador Partido de Acción Nacional (PAN) y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), agrupaciones antaño enemigas y que sólo tienen en común unir fuerzas contra la aspirante avalada por el presidente.
Ambas alentaron a la participación al emitir su voto. Gómez en una localidad humilde del este de la capital; Del Moral en un suburbio acomodado del noroccidente.
Nosotros queremos el cambio, que nos hagan caso”, se quejó Rufina Pérez, una jubilada de Naucalpan, un suburbio al noroeste de Ciudad de México. “Todos nos prometen, PRI, PAN ya pasaron ya sabemos cómo fue”, agregó la mujer que confiaba en que con Morena las cosas empezarán a ser diferentes.
Adair Ortiz Herrera, un estudiante de informática de 21 años, de Coyotepec, un pueblo rural del norte del Estados de México, dijo que confía en que este domingo se dé un “nuevo rumbo” en el estado para acabar con la hegemonía del gobierno del PRI.
Curiosamente, también pedían cambios algunos que apoyaron a la coalición de Del Moral. “En Estado de México lo que más nos preocupa es la seguridad”, señaló Victor Manuel Olmos, que se autodefinió como votante del PAN de Naucalpan.
De hecho, en un municipio cercano, Tlalnepantla de Baz, donde antiguos almacenes y espacios industriales se están convirtiendo en complejos de apartamentos en los últimos años, se veían banderas y pancartas de Morena, del PAN y de la propia Del Moral, pero no las tradicionales del PRI.
Por eso en muchos electores se impone el pragmatismo. Benito Elizalde, trabajador de un taller ya jubilado y que había votado siempre por el PRI, reconoció que ahora lo haría por Morena porque es el que le ofrece un poco más de pensión.
Su hija de 35 años, Claudia Elizalde, se quejó de que los partidos se hayan enfocado en dar apoyos a los mayores, olvidándose de lo importante: la seguridad o la salud.
Los sondeos sitúan a Morena a la cabeza en el Estado de México, una contienda que muchos consideran como un adelanto de las próximas elecciones presidenciales, en las que el partido oficialista también es visto como el favorito.
Por eso no falta quien votó en clave nacional. Socorro Hernández consideró “muy importante” ir a votar este domingo aunque sólo fuera, dijo, para mostrar su desacuerdo con el partido de López Obrador.
El PRI podría mantener el gobierno del estado de Coahuila, una entidad escasamente poblada de la frontera con Estados Unidos donde dos millones de votantes también eligen gobernador este domingo. Sin embargo, perder el Estado de México podría significar el fin del Revolucionario Institucional como un actor político de relevancia, el partido hegemónico durante siete décadas del siglo XX y que logró regresar a la presidencia de 2012 a 2018.